“Las palabras tienen un poder mágico. Pueden proporcionar la más grande
felicidad o la más profunda desesperanza; transmitir el conocimiento de maestro
a estudiante; capacitar al orador para influir en su audiencia y dictar sus
decisiones. Las palabras son capaces de despertar las emociones más poderosas e
incitar todas las acciones de los hombres.”
– Sigmund Freud
Hola a todos de nuevo yo por
aquí, luego de un periodo largo sin escribir vuelvo al blog con un tema colosal.
Espero retomar de a poco mi hábito de escritura y poder ofrecerte la información
de valor que te mereces.
Me encuentro en una etapa de aprendizaje que me deja poco tiempo para mis hobbies pero que me carga de conceptos muy interesante para compartir contigo.
Me encuentro en una etapa de aprendizaje que me deja poco tiempo para mis hobbies pero que me carga de conceptos muy interesante para compartir contigo.
Y un tema que me apasiona en este
momento es la persuasión.
Los que han seguido el blog desde
sus inicios sabrán que ha evolucionado gradualmente, integrando la persuasión
como uno de los temas principales del blog, y es que la persuasión está en
todas partes, en la tv, en el trabajo, en las relaciones. Como seductores
debemos utilizar la persuasión a nuestro favor y conocerla a fondo.
La seducción y la persuasión van
de la mano.
Mientras lees estas palabras, escuchas esa pequeña vocecita en tu
cabeza que repite lo que lees y te das cuenta que tu atención se concentra más y más en cada palabra.
Imagina que te encuentras frente un multimillonario, puedes ver como su traje
negro le calza perfectamente en su cuerpo, sus zapatos brillan de lo
relucientes que están, y a medida que subes tu mirada lo ves justo a los ojos,
él, con voz profunda y segura te dice: ¡Convenceme
de que invierta en tu idea!, te intimidas al ver lo agresivo que es y
unas pocas palabras salen de tu boca. El multimilloranio te da la espalda y se
aleja. Nunca jamás lo vuelves a ver.
Sientes que has perdido algo y eso te hace sentir muy mal.
Eso que has perdido se llama oportunidad.
Yo sé que estarás de acuerdo conmigo si te digo que la vida funciona así como la historia que te acabo de contar, las oportunidades son tan escasas que si no estás preparado para cuando te topes con ella, la perderás para siempre.
Eso que has perdido se llama oportunidad.
Yo sé que estarás de acuerdo conmigo si te digo que la vida funciona así como la historia que te acabo de contar, las oportunidades son tan escasas que si no estás preparado para cuando te topes con ella, la perderás para siempre.
La persuasión te permite
aprovechar al máximo todas esas oportunidades porque te arma con un arsenal de
herramientas para afrontar un abanico de situaciones y responder a ellas
eficazmente. Es como si fueras de campamento con una navaja suiza, no importa
el obstáculo que se presente podrás sacar tu navaja, buscar una herramienta y
solucionar el problema.
Primero quiero
desmitificar algunos mitos que existen entorna a la persuasión para luego seguir con las habilidades fundamentales para ser persuasivo.
A. La persuasión es mala.
La persuasión no es ni buena ni
mala, es una herramienta que nos permite llegar a un fin. Las personas son las
buenas y son las malas, todo depende del uso al que se le dé. Por eso siempre
me aseguro de enseñar estos temas a personas con una base fuerte de
inteligencia emocional y carácter. Más adelante sabrás de qué hablo.
B. El persuasor puede convencer a
cualquiera de lo que sea
Este es un mito muy difundido, se
cree popularmente que un persuasor o persuasora son seres humanos dotados de
una capacidad abrumadora para convencer, y que nadie puede resistirse a sus
encantos.
Nada más lejos de la realidad.
Lo que yo he experimentado en el
campo de batalla me deja saber que existen infinidad de personas muy distintas,
unas con creencias muy arraigadas, otras con una timidez excesiva, otros con la
emoción a flor de piel.
Esto permite que el persuasor se
equivoque constantemente en sus apreciaciones y con esto conozca un poco más la
naturaleza humana.
La naturaleza humana es
impredecible por antonomasia, nunca sabrás a ciencia cierta cómo reaccionará
alguien frente a determinado estimulo, sólo encontraras un patrón que se repite
pero que no obedece a una regla. Es por eso que el persuasor tiene que hacer
uso de su intuición para persuadir y aun así no siempre cumple su objetivo.
C. La persuasión es igual a la
manipulación
Este mito está relacionado con el
primero, y es la creencia popular de que al persuadir estamos engañando a
alguien o estamos haciendo algo malo. Muchas de mis interacciones con las
personas van orientadas a saber que piensan de determinados temas, casi siempre
cuando hablo de persuasión, las personas dan un paso atrás y se les nota en la
cara que no es tan cómodo hablar de ello. He descubierto que la mayoría de
personas piensan que utilizar la persuasión implica ser manipulador.
La manipulación es cuando tú te
das cuenta de una necesidad en una persona y utilizas esa necesidad a tu favor
para que dicha persona haga algo en contra de su voluntad. Es como chantajear.
La persuasión por otro lado te permite establecer un canal de comunicación limpio,
donde te conectas y creas empatía con la
persona que estás hablando, esto permite que te metas en sus zapatos y siempre
veles por su bienestar. Por lo anterior podemos deducir que la manipulación es el
lado oscuro de la persuasión y que saber persuasión nos permite blindarnos
de aquellas personas manipuladoras, genial ¿no?.
Aquí va una premisa de la
persuasión:
Se dice que hay persuasión cuando una persona convence a otra de
hacer algo y al final del acuerdo las dos partes quedan mejor de lo que estaban
inicialmente.
Es un gana – gana.
Por eso cuando enseño persuasión siempre me
voy a los fundamentos, a las bases de carácter que debemos tener para no caer
en la manipulación. Cuando aprendemos a conectar emocionalmente con las
personas y nos metemos en sus zapatos, es casi imposible no velar por el
interés mutuo, por eso te digo apreciado lector que si estás buscando maneras
de manipular a las personas, te pido que deje la lectura aquí y cierres esta ventana.
Ahora.
Tres son los fundamentos de la persuasión, y en esta oportunidad te los contaré a vuelo de pájaro para entrar más a fondo en cada uno de ellos en próximos escritos.
1. Inteligencia emocional
Es la habilidad de controlar
nuestras propias emociones y de detectar las emociones de otras personas para
conectar con ellas. El secuestro por amígdala del que hablaba Daniel Goleman en
su libro “inteligencia emocional” nos deja ver que es casi imposible ser
persuasivos cuando somos incapaces de gobernar nuestras emociones. El persuasor
es un maestro en suscitar emociones en otros, y esto lo hace por medio de su
propia emocionalidad. El persuasor tiene que sentir lo que quiere transmitir, y
es por eso que debe trabajar en sus emociones para poder controlarlas.
2. Comunicación
El persuasor es un comunicador eficaz, donde otros tropiezan y es en el poder de la palabra, el persuasor brilla por luz propia, es capaz de comunicar su mensaje de forma asertiva, eficaz y generando profunda recordación e interés en las demás personas. Conoce la psiquis humana y sabe que debe adecuar su mensaje y su comunicación dependiendo del interlocutor o de las personas que lo escuchan.
El persuasor es un comunicador eficaz, donde otros tropiezan y es en el poder de la palabra, el persuasor brilla por luz propia, es capaz de comunicar su mensaje de forma asertiva, eficaz y generando profunda recordación e interés en las demás personas. Conoce la psiquis humana y sabe que debe adecuar su mensaje y su comunicación dependiendo del interlocutor o de las personas que lo escuchan.
Las palabras son el medio más
eficaz para producir perturbación emocional, con las palabras podemos hacer
sentir muy bien a las personas o llevarlas a un abismo depresivo. El persuasor
conoce el poder que tienen las palabras y lo utiliza para comunicarse
elocuentemente.
3. Motivación y emoción
Las personas son muy diferentes,
cada persona es única, y el persuasor sabe esto. Sabe que el medio más eficaz
para influir en alguien es encontrar sus verdaderas motivaciones.
Las motivaciones internas o externas
decretan nuestras acciones y el persuasor tiene un ojo clínico para el interior de las personas y es capaz de ver donde otros no se fijan,
tiene un agudo sentido de la observación e identifica las verdaderas emociones
de las personas y actúa frente a lo que estas le dicen.
El persuasor sabe que las
personas muchas veces no quieren lo que dicen querer, sabe que la verdad la dictan
las emociones y le muestra esto a las personas. El persuasor es un liberador,
es una persona que conoce profundamente las motivaciones humanas y que sabe
buscar en el interior para encontrar esas pepitas de oro que le dan sentido a
su búsqueda.
El persuasor es un ser humano
extraordinario.
Muy bien, para finalizar te cuento
que estos son los fundamentos en los cuales creo profundamente, si los adquieres, con práctica y trabajo consistente tedrás una personalidad arrolladora y persuasiva. Esa es mi promesa. Pronto
profundizaré en cada fundamento y te ofreceré algunas técnicas muy poderosas
para desarrollarlos.
Carpe diem seductor,
Hasta la próxima!
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