La vida no recompensará jamás a las personas que trabajen duro. Aunque el trabajo es un elemento primordial para tu éxito, no es el único. Lo que personalmente llamo “trabajo inteligente” es la mezcla del trabajo fuerte y consistente con la inteligencia de enfocar ese trabajo en los puntos claves para así conseguir el mejor rendimiento. Es como el minero que trabaja 16 horas diarias y aun así no puede generar la riqueza que desea. Y esta serie que continuo luego de varias semanas de ausentarme del blog es precisamente para eso, para trabajar de manera inteligente, para que dejes de ser un minero
Últimamente he estado un poco corto de tiempo, nuevos proyectos apenas me dejan tiempo para realizar mis actividades y también he aprovechado este tiempo para practicar, para salir a la vida real y ver qué funciona y qué no, y me he encontrado con varias perlas que espero poder plasmar con fidelidad en este post.
Hoy continuamos con la ley de la simpatía o como a mí me gusta llamarle, el agrado. Y es que naturalmente las personas poseemos en nuestra naturaleza la necesidad de acercarnos a lo agradable, a lo bueno. Nos vemos atraídos a lo que consideramos que nos puede brindar algún bien, es nuestra naturaleza y se conoce como el principio de búsqueda del placer en psicología.
A pocos les sorprenderá saber que, en general, preferimos decir si a las peticiones de las personas que conocemos y gozan de nuestras simpatías. Más impresionante es, sin embargo, descubrir que esta sencilla regla es utilizada por innumerables formas por perfectos extraños para conseguir que accedamos a lo que nos piden.
En la vida es buen negocio ser buena gente. Tal vez has escuchado este dicho, y lo real es que funciona, las personas que nos caen simpáticos y nos hacen sentir bien son tremendamente influyentes. Esto sucede debido a que somos seres emocionales, la mayoría de nuestras decisiones las tomamos basados en nuestras emociones y todo proceso de persuasión debe evocar emociones positivas para que sea más efectivo.
De acuerdo a lo anterior, existen diferentes maneras de crear emociones o estados positivos en las personas para que aumentes tu poder de influencia, que acontinuación detallaré. Y aquí hay un punto que vale la pena aclarar antes de entrar en materia, la idea no es ser un lambón, una persona que no se respeta así mismo y que es capaz de hacer cualquier payasada con tal de agradar, NO. La intención es crear una imagen de simpatía y agrado manteniendo tu carácter, respetando a las personas y ante todo respetándote a ti mismo. Resuelto el punto vamos al grano.
Atractivo físico
Las personas atractivas gozan de grandes ventajas en nuestra sociedad, reciben más aprobación, se les conceden favores más fácilmente y en general son más apreciados. Esto lo puedes ver en los modelos que utilizan las empresas para representar sus productos, o, alguna vez has visto una persona poco agraciada en un comercial de televisión representando a Dolce & Gabana?, claro que no.Para aumentar tu aura de simpatía no necesitas ser Tom Cruise o Brad Pit, basta con que tu vestimenta sea buena, que tu apariencia en general sea agradable y que manejes un lenguaje corporal seguro.
Semejanza
Nos encanta las personas que son parecidas a nosotros por un principio muy básico del comportamiento humano. Preferimos lo conocido. Inconscientemente buscamos semejanzas en las demás personas para vincularnos con ellas. Para crear simpatía se debe mostrar que compartimos las mismas opiniones (con mucha sutileza para no parecer que tratas de agradar) de las demás personas, evidencia que te pareces en alguna medida a la persona que deseas influir, que han estudiado en la misma universidad, que les gusta la comida china o que su estilo de vida es semejante al tuyo. Por ejemplo si la persona a la que quieres agradar nació en determinada ciudad, tú le puedes decir que has visitado esa ciudad y que te pareció muy bonita y te encantó. Puede parecer un poco simple pero posee un efecto poderoso.Elogios
Que alguien nos elogie por nuestras cualidades es sumamente satisfactorio, es como un baño de agua fría en el desierto. Somos narcisistas por naturaleza y nos encanta el reconocimiento, ya sea reconocimiento en forma de regalos, dinero o comentarios positivos (elogios). Por lo tanto podemos utilizar este conocimiento para disparar comentarios justos que ensalcen las habilidades de las personas para hacerlas sentir bien con ellas mismas.Por ejemplo, si un compañero de trabajo es muy buen contador, podrías elogiarlo diciendo que siempre te ha parecido complicado manejar tantos números y cuentas, pero que luego de ver trabajar a pepe es como si de repente todo eso pareciera fácil, pepe hace ver su trabajo de manera divertida. En realidad no le estas diciendo a pepe que es un excelente contador, lo estas insinuando, y esos son los mejores halagos, los que halagan sin ser tan directos.
Ojo, para hacer esto hay que tener cierta práctica, ser muy sutil, ya que si lo haces de una forma inadecuada las personas pensaran que eres un adulador y en lugar de agradar lo que provocaras será desconfianza. Personalmente soy muy bueno en esto, para desarrollar esta habilidad me sirvió demasiado aprender a observar a las personas, comentarios casuales que revelan cuáles son sus verdaderas motivaciones y hacia dónde puedo dirigir mis halagos. Los halagos más efectivos son los que van directo a las partes poco conocidas y subvaloradas de ellos mismos.
NOTA: jamás des una halago si en realidad no es genuino. Eso no es elogiar sino adular y nos repelen los aduladores.
Ayudar y hacer amigos
Este punto es uno de los más importantes, a mi modo de ver el de mayor peso. Cuando deseas crear un aura de encanto y simpatía debes estar más que dispuesto a ayudar a los demás. Recuerda lo que hablamos en la ley de la reciprocidad, en donde explicábamos que los favores que hacemos son devueltos por las personas, algo así como, favor con favor se paga. Por lo tanto debemos ayudar en la medida de nuestras posibilidades y de manera desinteresada a nuestros amigos y conocidos. Primero que nada porque nos hace sentir que aportamos en alguna medida, y en segundo lugar, porque las personas nos perciben de manera positiva. Ayudando a otros creamos amigos de forma natural y estos amigos nos presentan más amigos. Tus amigos son la mejor carta de presentación que tienes, hablo de amigos genuinos y leales.Mi truco secreto
En esto de agradar tengo varias estratagemas que me funcionan de maravilla, y una es mostrar alguna parte de mi carácter que no es tan agradable luego de haber creado encanto, por ejemplo, a veces digo que soy un poco callado pero que cuando entro en confianza soy de lo más extrovertido. Naturalmente esto lo hago cuando ya he creado un aura de carisma en las demás personas. La idea es que al mostrar un rasgo aparentemente malo de mi carácter, mis interlocutores me vean como alguien más cercano y más como ellos, con deficiencias y errores. Además de demostrar que eres honesto, das a entender que no eres perfecto, con lo que tu carisma aumentará increíblemente.El paso más allá cuando tratamos de generar simpatía y emociones positivas en las personas es incorporar el carisma a nuestra personalidad, el carisma es la habilidad de generar encanto y atracción en las personas sin ni siquiera quererlo. Más allá de todo lo que encuentres en esta página debes entender que poseemos una personalidad única y que en dicha personalidad reside nuestro carisma, por lo tanto lo que debemos hacer es realizar ciertos ajustes que permitan venderte de la mejor manera. En posteriores escritos hablaré del carisma, un tema sumamente apasionante que personalmente me intriga mucho.
Bonus:
Incorpora en tus conversaciones la palabra mágica, también.
Cuando alguien te cuente una historia de lo tanto que le gustan los perros, tu puedes decir que también te gustan los perros y las mascotas. No imaginas el poder que tiene esa simple palabra para conectar con los demás.
Carpe diem seductor,
Hasta la próxima.